viernes, 2 de marzo de 2007

Opiniones y comentarios
susanacz80@hotmail.com
¡¡Los espero!!

El dolor

¿Acaso el dolor del alma tiene distinta intensidad de acuerdo al motivo por el cual se sufre? ¿Se puede decir que hay diferencia entre el hijo desaparecido, el muerto o el enfermo? Quien está pasando a mi lado en la calle, ¿sufrirá mucho por algo? ¿Cómo hace para seguir viviendo?
Y las madres y abuelas de Plaza de Mayo, ¿cómo sobrellevan su dolor? ¿cómo hacen para evitar los deseos de venganza y el odio?
Hoy recordaba cuando luego de trabajar de lunes a viernes en la Municipalidad de Sierra Grande y de hacer horas extras hasta las nueve de la noche -todo esto para poder mantener a mis hijas pequeñas y pagar el alquiler del rancho que se llovía por todos lados- los sábados a la noche, iba a darle una mano al "Pato", dueño del único bar bien puesto del pueblo. Era el día de más movimiento, así que le ayudaba a atender las mesas. Por supuesto, iba con mis hijas que se quedaban sentaditas en un rinconcito donde no obstaculizaran el trajinar de los mozos.
Sobre la madrugada, al quedar casi vacío el salón, el Pato me preparaba tres hamburguesas completísimas y tres gaseosas a modo de pago y así las nenas podían disfrutar de algo en lo que yo no podría haber gastado por ese entonces.
No sé por qué esta mañana amanecí pensando en eso. Obviamente no era el único sacrificio que hice por ellas pero me pregunto si valió la pena, si no hubiera sido mejor descansar echada en la cama como merecía y necesitaba...